PUBLICADO EL 6 Enero, 2020
Samantha Flores, estudiante de la sede San Bernardo, obtuvo el primer lugar en la categoría Alumnos-Titulados del Concurso de Microcuentos Duoc UC, iniciativa que recibió más de 1.500 obras narrativas originales e inéditas en un máximo de 100 palabras.
De jueves a domingo, Samantha Flores, alumna de la carrera Técnico en Construcción, trabaja en un local de comida rápida para ayudar a sus padres a costear sus estudios en nuestra Institución. Un esfuerzo que no solo refleja su desarrollo personal, sino a la gran mujer en la que se ha convertido gracias a su resiliencia.
Como parte de este crecimiento, la estudiante se atrevió a participar en la segunda versión nacional del “Concurso de Microcuentos Duoc UC 2019” con su relato “Pétalos”, que aborda la violencia en la pareja y con el que ganó el primer lugar en la categoría Alumnos-Titulados.
“Al escribir, me inspiré en mi historia, ya que fui víctima de violencia durante un pololeo y, más que nada, traté de contar lo que me tocó vivir y cómo aprendí a quererme para dejar algo que me hacía tan mal. Concursé sin la intención de querer ganar algo, sino más bien, de exponer un tema que se ve mucho últimamente”, describió Flores.
En 2018, el Sistema de Bibliotecas Duoc UC y el Programa de Lenguaje y Comunicación se unieron para motivar y fortalecer el espíritu lector en los estudiantes con este concurso, como parte de la formación integral que brinda la Institución.
La iniciativa, abierta a toda la comunidad educativa, en esta ocasión recibió más de 1.500 obras narrativas originales e inéditas, escritas en textos de hasta cien palabras.
Pétalos
Cuando me controla ¿me quiero mucho, poquito o nada?
Cuando me grita ¿me quiere mucho, poquito o nada?
Cuando revisa mi celular ¿me quiere mucho, poquito o nada?
Cuando me cela ¿me quiere mucho, poquito o nada?
Me quiere mucho cuando me besa.
Me quiere poquito cuando me trata mal.
No me quiere nada cuando me pega.
Me quiere mucho, “no lo volveré a hacer”.
Me quiere poquito, “te trataré mejor”.
No me quiere nada, nunca cambia.
Me quiere… ver muerta.
Y después de todo me pregunto, ¿me quiero mucho, poquito o nada?
Me quiero… ver libre.